Aunque la pérdida auditiva es un padecimiento frecuentemente atribuido al envejecimiento y la exposición a ruidos fuertes, también puede ser causada por otros factores, como la acumulación de cerumen y la perforación del tímpano.
Otras causas menos comunes de la pérdida de audición son las infecciones, lesiones en la cabeza, el consumo de ciertos medicamentos y la predisposición genética.
La deficiencia auditiva se manifiesta con una reducción de la capacidad del individuo para distinguir el habla del ruido. Puede percibir que oye bien en ambientes tranquilos, pero no en ambientes ruidosos.
La sordera puede llegar a tener una gran repercusión en la vida familiar, social y laboral de la persona que la sufre, porque afecta sus esfuerzos por escuchar y hablar. El paciente suele tender al aislamiento.
La pérdida de audición está categorizada en tres tipos:
- Conductiva: Ocurre cuando el paso del sonido queda obstruido en el canal auditivo o en el oído medio. El paciente percibe una reducción del nivel de sonido en su paso hacia la cóclea, en el oído interno.
- Neurosensorial: Debida a un daño en el oído interno o el nervio auditivo, que va del oído al cerebro, o al cerebro. Lo definimos como hipoacusia.
- Mixta: Es una combinación de la pérdida de audición conductiva y la pérdida de audición neurosensorial, es decir, se presenta cuando hay daños en el oído externo e interno.
Los síntomas son más bien comunes y temporales, cuando las causas son un exceso de cerumen, infecciones, alergias, problemas sinusales y el consumo de medicamentos; pero también es posible que la pérdida auditiva sea irreversible.
En todo caso, hay soluciones, para eliminar o al menos reducir los síntomas. En los casos de pérdida de audición más severa, el uso de audífonos contribuye a mejorar la relación del paciente con otras personas y su comunicación en la vida social.
Con el fin de evitar que el daño se prolongue innecesariamente, es importante poner atención a síntomas que se presentan ocasional o repetitivamente. ¿Cómo cuáles?
- Cuando perciba que las personas que están a su alrededor parecen hablar demasiado bajo.
- Cuando escucha un sonido interno continuo (ruido en el oído o Tinnitus).
- Cuando pide que le repitan lo que le acaban de decir.
- Cuando otros se quejan porque tiene demasiado alto el volumen de la radio o el televisor.
- Cuando no escucha sonidos cotidianos como el timbre del teléfono o los llamados a una puerta.
- Cuando se le dificulta seguir una conversación en un grupo.
La deficiencia auditiva es un problema de salud que demanda una valoración médica, con el fin de buscar una solución que le permita recuperar su calidad de vida.
En la Clínica de Rehabilitación Auditiva le brindamos el servicio de valoración auditiva / audiometrías y la solución que usted necesita para mejorar su capacidad auditiva, a través de un equipo de especialistas ampliamente experimentados y los instrumentos tecnológicos más avanzados.
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